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Esta obra representa armonía. Su textura amarmolada y la forma en que fue aplicada, evoca una fresca lluvia descendiendo sobre la aún cálida tierra entibiada por el sol del atardecer. Elaborada totalmente con espátula. Por su canto ancho, no necesita ser enmarcada.
Utilizando una simbología propia desde su niñez, Ger Alby realiza una interpretación espontánea de su entorno.
En sus paisajes, criaturas de mundos alquímicos se funden con elementos de la naturaleza y se rodean de atmósferas medievales, orientales y celtas, dirigiéndonos a un mundo sereno.
Ger Alby trabaja estos temas debido a su familia ascendente directa, originaria de la ciudad de Albi, ciudad cátara al sur de Francia que vió nacer a Toulouse-Lautrec, y donde se...
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