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Una gran nube radioactiva cubre la tierra y la torna completamente desértica (casi de fuego), lo único que aún sigue verde es el reactor nuclear, porque fue barnizado de ese color (con la firme convicción de estar generando una de las formas de energía menos contaminante). El centro de atracción de la obra simboliza con un nudo de manos humanas, la contribución de muchos pueblos al desarrollo de la energía nuclear; pero estas manos están abiertas porque se nos ha escapado el problema y ahora ya no hay mucho por hacer. En la parte inferior se ve en color azul y morado (desnudez), la vulnerabilidad de la vida ante una catástrofe de esa naturaleza.
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