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Una ardilla sobre una roca, flores y noche estrellada.
HISTORIA O REFLEXIÓN: Como os he contado muchas veces me gusta mucho pintar animalitos. Las ardillas me recuerdan a un viaje que hice con mi familia cuando era pequeña a Londres. Lo hicimos expresamente para que yo me interesara por el inglés porque si seguía con ese desinterés me iban a echar del colegio. Y vaya si funcionó. Volví como una esponja y los profesores ni se creían de cómo había cambiado. Eso fue gracias a mi madre, que se le ocurrió la idea. Pues en ese viaje a Londres solíamos ir a Hide Park y observábamos y nos acercábamos a las ardillitas. Estábamos enamorados de las ardillas. Les dábamos comida, les hacíamos fotos… Me acuerdo que por la noche llegábamos al hotel (que era la típica casita inglesa como las que me gustan) y nosotros estábamos en la planta de abajo y solíamos tomar un montón de plátanos para cenar. ¡Ah! Y nos encantaba ir a la tienda Disney que por entonces sólo existía allí pero en España no. Como nos cansábamos de andar (porque nos pasábamos todo el día pateando) nuestra madre nos decía que si aguantábamos nos llevaría luego a la tienda Disney y siempre lo cumplía. Recuerdo ese viaje con gran cariño. Fue mi primer viaje internacional, y qué mejor que en familia.
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