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Copia del retrato de Felipe II datado en 1573 forma pareja con el de su cuarta esposa, Ana de Austria, pintados ambos por Sofonisba Anguissola y están colocados en la Sala 56 del Museo del Prado. A pesar de su aspecto limpio y nítido, esconde una primera versión del mismo realizada ocho años antes, en 1565, cuando el monarca todavía estaba casado con la francesa Isabel de Valois. Se trata de una obra emblemática que formó parte del grupo selecto de 50 cuadros que fueron escogidos para ser enviados al Museo Napoleón y reclamados posteriormente para el Prado a donde volvieron en 1827.
La imagen es de una gran sencillez y sobriedad; de más de medio cuerpo, el personaje mira de frente al espectador, viste de negro con una fina capa y sombrero alto, cuello y puños de puntas; el toisoncillo sobre el pecho colgado de un discreto cordón; en la mano izquierda, el rosario; la diestra apoyada en la voluta de madera del brazo del sillón tapizado de rojo, único toque de color en la obra del que sólo se aprecia ahora una pequeña parte, pues el cuadro fue recortado; por debajo del brazo izquierdo asoma el pomo de la espada que actúa más como símbolo que como arma.
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