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Así habló Morfeo aquella noche antes de iniciar un nuevo viaje:
"Hoy quiero enseñarte a la madre Naturaleza en su misma mismidad tal como la sentían los antiguos ancestros, a la que llamaban -Diosa Madre Ceres- Iremos a los campos góticos. Cuando lleguemos al mirador del recuesto reconocerás enseguida el encuadre elegido". - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - " Los trigales de Van Gogh" - - (viaje onírico nº 34) - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Los ardores el estío elevaba,
campos de mies agitados por el viento,
cual oceano en continuo movimiento
que el sol ya granaba y maduraba. - -
La cosecha que abundante se esperaba,
mecíase con blando rizamiento,
cual de Ceres vientre en suave ondulamiento,
que feliz alumbramiento presagiaba. - -
Desde el recuesto, asombrados oteamos,
aquel eburneo mar, cual jaspe de alioj.
Por el centro del tridente avanzamos - -
a tumbos, cual saltando a pedicoj,
por cornejas y cuervos acosados,
nos perdimos en los trigales de Van Gohg.
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