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La mañana recién estrenada. El aire es terso y ligeramente húmedo. Caen al rato algunas gotas de lluvia.
Fuera de foco, a la izquierda, la Dama Universal trabaja a destajo en el hospital. A la derecha, en los bajos del edificio del fondo hay una funeraria (¿coincidencia?). No, sentido comercial.
Al cabo, aparece Bárbola. Debe ser tímida, porque en ningún momento se acerca al dibujador. El dibujador le pone ese nombre porque le recuerda a una peonza.
Bárbola va de un lado a otro girando sobre sí misma. Extiende los brazos en cruz y gira mientras musita algo.
En el edificio de fuera de foco,a la izquierda, la Dama Universal va parando corazones. Al pasar al lado de padre, le susurra : \"túúúú mañaaaaaaanaaaaa\". Y el tic, tac, tic, tac, empieza a sonar ahora atronador.
Bárbola abandona el escenario. \"Tal vez venía a decirme algo\", piensa el dibujador. \"Ya se enterará mañana\", se dice la peonza al tiempo que abandona la escena. Y el dibujador la ve desaparecer. Creyó oirla tararear en su retirada las notas gastadas de una canción de cuna.
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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