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Recuerdo aquel día cuando te ví partir, sabes yo nunca he podido olvidarte, siento las noches vacías sin tu querer. Sin los borrachos subidos al techo, sin los traumatismos de cráneo ocasionados por la soga de tarzán y su parra; sin los CHINCHU gritando guarangadas a la hora de la siesta, sin las comiditas a base de ceniza y culitos de botellas de alcohol; sin mis patines acompañados de la soga de colgar la ropa, sin la puta de PRONTO, sin los disfraces, sin las escapadas al patio a traves de la ventana, sin la pelopincho a las 2 am, sin los compilados m´s pedorros del mundo y el patacón, el olor a uva fermentada, los caracoles de tierra, las gatas peluda, la bicicleta y lo mejor: mis amigos los sapitos. REENCUENTRO
APOCALIPTICO
DE UN SER
ENTRAÑABLE
AL CUAL UNO NO DEBE AFERRARSE:
UNA CONSTRUCCUIÓN
UNA ENTIDAD DEL PLACER INFANTE
LA CASA EN LA QUE SIEMPRE FUE VERANO
Y LO UNICO QUE PREOCUPABA, ERA EL OLOR QUE SUCUMBIA MI PERRITA YANIS, RECIEN TRAIDA DEL ZOO.
ADIOS MUNDO CRUEL
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