© Todos los derechos reservados
Como cosidos a la Tierra, permanecen vivos en ellos y en nuestro recuerdo. Fueron el centro de tertulias, donde mundos injustos imploraban justicias divinas; escenario de juegos donde niños y niñas, libres, escondiendose y burlando; también templo del amor, donde los amantes, en las noches de luna, se juraban para siempre.
Cosidos a la Tierra. Mientras permanezcan ahí, seguramente nosotros, también seguiremos aquí. Ellos atesorando historias vividas, nosotros, simplemente imaginando...
No encuentras lo que buscas. En artelista te inspiramos