LA LUJURIA
Golfa melosa, súbito placer.
Del cielo ha caído, raudo el obrero
se interna en tu cuerpo; el sabe que hacer.
Entregan valientes, los combatientes,
que imponen un paro , que no es laboral.
El vigía te ha visto se apresta a saltar,
en tanto en el aire, uno pronto va a llegar.
Tus pechos rayados y no de locura
suspiran mimados por dos locos más.
Tan solo armados con lo que Dios les ha dado,
un casco potente y alargue lingual.
El sol ya caliente suspira de noche y
logra ponerse un tono sensual.
La seda te atrapa, bloquea tu vista
impide soltarte, carrera sexual.
Lujuria de noche, lujuria de día
Lujuria es la vida, contigo misma.
Ver más información de Marcelo Acquistapace Arias
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