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Iba a poner una parte de la canción pero es demasiado cursi para una tipa como yo. Una tipa que en su pasado, era contagiosamente adorable y con la respuesta de esta sociedad arisca y ego, se volvió el ogro de un cuento de hadas de mala muerte.
Y eso me gusta (manito de facebook) porque me hace más salvajemente opuesta a todas aquellas cosas inanimadas que trasmiten cariño. Un oso de peluche, un tierno corazón que dice TE AMO, o una flor de plástico regalada por algún groncheli a su novia/o/pareja. Ya, todo lo que toco se vuelve lodo, dijo Fidel en su época de oro. Pero no, querido, no se vuelve lodo, se vuelve arena.
Sacos y sacos de rica arena, piedras molidas, para construcción o para el relleno de basura de las playas contaminadas de la prov de Buenos Aires. Nada vá a dejar que esa arena salga de su lugar: el papel kraft te banca, te banca a muerte y te demuestra lo duro que puede ser. Ya no hay gente dura, porque se dan cuenta que es al pedo. Pappo sí lo era, y de nacimiento. Que lástima que nunca pude decirle lo que sentía. Y con tantas personas que ya no están. (Ud se chupa el dedo, lo apoya en la punta de la página y la dá vuelta mientras el ventilador de techo, corre su lágrima hacia el lado blanco del bigote)
Sí, Charly, se que estás leyendo. Y todo esto que en algún momento lo vas a desechar, termina con una simple frase idónea y resplandeciente, la cuál todo humano desearía escuchar cuando sabe que sus partes empiezan a descomponerse (o un hábito que debería ser implementado por todos los que pueden acceder al agua potable y un pan de jabón): Bañate mi amor.
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