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En la penumbra flotaba su penachito blanco. Cuando me vio, aquella pizca de algodón se agitó un poco y ella se fue acercando con sus pasos sin peso. \"- Chica... -mesándose el cabello- la peluquería ... \"
Una vez sentados, el dibujador le repetía : \"- ... y no vuelvas a pasar por una, ¿ no quedamos hace tiempo que nadie se peina mejor que uno/a sí mismo ?\"
Y le mostré el dibujo acabado : \"- Ah, sí, ¡ qué bien ESTÁS !(¡¡??!!)\" No me enfadé (los que se empeñan en ignorar suelen enfadarse a menudo); son muchos los que dicen que madre e hijo nos parecemos mucho.
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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