A los Caídos del Quebracho
Detalle - carbonilla sobre papel
Govanni Del Vecchio
1886
“...Allí murió la "Revolución del Quebracho". Allí murieron muchas vidas orientales, sin colores y sin distintivos. Las palmeras de Quebracho abanican al viento su recuerdo eterno.
Paysandú guarda en su Monumento a Perpetuidad, la memoria de quienes allí cayeron. Monumento en mármol y granito, obra de Del Vecchio, hojas de palma tronchadas, un sol naciente, o hacia el ocaso, en el escudo, y un león que ruge todavía.
"Busqué el ángel de esperanza para la Patria -escribe Zorrilla de San Martín- y creí verlo simbolizado en un arcángel armado que cruzaba ante mis ojos y mostraba en el campo de batalla el sitio indispensable de las reivindicaciones heroicas"...”
CEMENTERIO VIEJO – MONUMENTO A PERPETUIDAD – PAYSANDÚ
UN OASIS DE PAZ
Aquí el tiempo se ha detenido. Pero el recuerdo late.
Paysandú los venera perpetuamente. Un monumento construido de tumbas: semillas del tiempo. A los que lucharon y dieron su sangre. A quienes dieron sus ansias de todos los días. Porque hay héroes de todos los días. Hay filántropos, científicos y docen¬tes. Amas de casa y jóvenes enamorados. Hacendados y hombres comunes, de todas las horas. Los que forjaron, con algo de su vi¬da, el Paysandú de hoy. No están todos. Pero hay muchos.
Allí bajo un pórtico griego y un inmenso timbó de nervudos brazos indios. Donde la paloma reza su paz al atardecer, y el gorrión corretea por el tobogán del rayo de sol.
Enfrente, en la plaza, la niñez hamaca su risa en la inocencia feliz. Pero aquí, el mármol pone su escarcha y el bronce grita su dura luz. Y la piedra se hermana con el barro para proteger las urnas del recuerdo.
Aquí guarda Paysandú sus semillas de tiempo. Es un monu¬mento al amor.
En este museo de amor y de silencio hay magníficas escultu¬ras, mausoleos de arte y veneración que no existen en ninguna parte del país. Se destacan, entre ellos, las obras de Giovanni del Vecchio, artista italiano que sembró en Paysandú una selecta sementera artística. Son suyos los monumentos a los Revolucio¬narios del 86 en Quebracho; a los Servidores de la Patria; a Don Manuel Stirling; a Luis Galán y Rocha; a don Manuel Adolfo Olae-chea. Hay también hermosas obras en mármol del artista Eugenio Perezutti, y del escultor Morellí, sobre todo el monumento a Don Vicente Mongrell, y contribuciones artísticas del escultor Francis¬co Palermo.
Es imposible describir las obras de este verdadero vivero de arte. Hay que verlas. Pero hay que sentirlas. Porque cada una tie¬ne su historia propia, su leyenda, que viene de lejos y corre por boca de muchos, y del cuidador, que explica cada detalle y asom¬bra al turista que visita el Monumento.
Aquí explicaremos algunos detalles de los más sobresalien¬tes. Pero queremos homenajear a todos, también a los ignorados que no tiene un mausoleo sino una modesta tumba, y más aún a los que yacen en un osario común.
La Intendencia Municipal, que perpetúa su recuerdo haciendo del lugar un bien cuidado y guardado solar sagrado, me ha enco¬mendado esta reseña artístico-histórica del Monumento. Porque lo que importa es la belleza que se perpetúa en este homenaje. Belleza que es como la lámpara votiva del espíritu sanducero.
Más allá del bronce, del mármol y de las palabras... más allá, está el silencio reverente de los que no olvidan.
Porque aquí se ha detenido el tiempo. Pero el corazón de Paysandú sigue latiendo.
Miguel Angel Pías
Víctor Fernando Irecio, nació en la ciudad de Paysandú, Uruguay, el 27 de setiembre de 1975.
Cursó sus estudios en esta ciudad, de dibujo con el profesor José Luis Borches, y fue dibujante de diversas publicaciones humorísticas sanduceras y diarios a partir de 1995.
Posteriormente participó en el concurso de Expresión Plástica organizado por Paylana, el Taller Collage y Diario el Telégrafo, en el cual fue seleccionado para un curso de Diseño con el Profesor Julio Elizalde.
A...
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