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La puta que te re parió.
Después de tantas cosas que te genera ver a la pelada de tu ídolo brillando como un plato chino de San Telmo, resplandeciendo al ritmo de una canción antiquísima del rock nacional que dió comienzo a un cambio rotundo de ver las cosas; no puedo calentarme por las decisiones que tome la gente que quería, por las mil caras que pueda tener una moneda de chocolate o qeu hilos de mi pantalón se descosan con facilidad, mostrando mi cuerpo peludo en todo el espectro facultativo, incluyendo, obviamente, a la gente que vos creias conocer y que ya no existe, a los animalitos pajeros y bulliciosos, a los sensuales personajes de barbita y pantalones raros, a los nerds que se hicieron populares y por supuesto, a los adorados flashs de la gente, que se hacen tangibles y visibles a la hora de almorzar generalmente. Nubes pornográficas que revelan las represiones más comunes y humillantes, retazos de relevamientos de flexo, hueco y tiponah, tacos ultra light, pedos ultra stronger mentirosos, inoportunos y generadores de amistades pasajeras, que nunca van a regalarte un paper de chaplín. A poco que ni lo quería.
De toooodas formas, chupame bien el orto y deja de existir en mi cabeza porque mis neuronas te deforman la cara y no sos un ser humano. Asique llevate tu pensamiento pelotudo y tu forma de mentirle a todos, incluso a vos misma, tiralos a una fabrica gay de ácido, mezclá el producto, agregale crema humectante, y pasatelo por el ojete mientras te colás un cactus de yo misma germiné.
Y después de todo eso, andate a la re concha del loro verde que me mira todos los días a las 6 a.m y me canta villancicos del horros de forma excitada y se masturba con la foto de Mariano.
Finalmente, si crees que todavía queda un poquito de amor en este pequeño corazón, clavate una estaca en el pezón y dspués recibite de neurocirujana.
Amén
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