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Imagen dramática de la víctima abandonada en la mitad de la calle. Cambio de lenguaje formal pero no de registro en un Canogar cronista de la realidad.
Colores apagados y tristes para una visión cruda y desmembrada de la realidad política del momento. Reflejo del escaso valor de la vida humana que queda a merced de la violencia gratuita. Encuadre de una modernidad doliente y periodística.
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