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Cuadro inspirado en un poema del poeta de la provincia de Entre Ríos (Argentina) Martín Orsini.
LA CRUZ
Sobre el arroyo que reza,
murmurando una oración,
está grabada a facón
una cruz rústica y vieja.
Unas letras desparejas
parecen decir: -Maidana;
la fecha está más borrada,
se ve únicamente un nueve,
y está tallada en relieve
sobre un ñandubay campana.
Nadie sabe quién murió,
tampoco cómo ni cuando;
unos dicen que peleando
y otros dicen que se ahogó.
Pero asegún creo yo,
-y en esa creencia me aferro-
fue en un duelo fierro a fierro
que aquel paisano murió,
y el mismo que lo mató
le diera cristiano entierro.
Tal vez -si era un buen cristiano-
quiso aliviar su conciencia;
o a lo mejor por prudencia,
para no ser delatado
por el olor del finado
o las aves carniceras,
que te muestran donde quiera
que se encuentra una osamenta;
y así borroneó la cuenta
en alguna vizcachera.
Lo cierto es que por las noches,
-sobre todo si hay mal tiempo-
se ilumina como un templo
el ñandubay en el monte.
Tenue cual luz de horizonte,
aparece lentamente
una niebla transparente
desde abajo de un ombú,
y al posarse en esa cruz
se hace más incandescente.
Se oye un tropel de repente...
chispean dos fierros en un duelo,
que le hace erizar los pelos
al paisano más valiente.
Se oyen voces incoherentes;
de pronto un cuerpo que cae
debajo del ñandubay,
muy cerca de aquella cruz...
y allí se apaga la luz,
sin que se escuche ni un ay.
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