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Una emigrante africana se acuerda de su país
Una mañana grisienta de agosto, tras casi tres días de tormenta seca, justo cuando un rayo cruzó el cielo y tras el trueno rugiente llovió con fuerza, nací yo, en el tercer decanto de Leo, esos de los que dijo el Maestro, \"son los únicos capaces de ganarse el cielo a puñetazos\".
Después de muchos caminos, de muchas profesiones, comprendo que es cierto que la vida no es nuestra, que somos de la vida; que en el interior del hombre, habita la verdad, y que la sombra es el nagual,...
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