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GUSTAVO PÉREZ LACRUZ. ‘’Elefante’’. 2015. Temple s/tabla. 81 x 100 cm.
Elefante es una obra natural y orgánica en cuanto a la técnica. Se trata de una pintura realizada en temple de huevo sobre madera. Este procedimiento nos hace viajar en el tiempo para recordar antiguos métodos pictóricos de generaciones pasadas que nos han dejado en herencia sus conocimientos y experiencias en nuestra memoria colectiva.
En cuanto al tema, puede ser una obra muy actual y a simple vista, trata de mostrar cierto equilibrio, armonía, búsqueda de la belleza… Pero no es más que una fachada que esconde crueles realidades detrás de ella. Pues pretende invitar al espectador a qué reflexione sobre la imagen que está viendo.
Como mencionaba anteriormente, la intención es recordar tiempos pasados en los que se pintaba diferente y se vivía diferente. El ser humano ha causado un gran impacto en el mundo y con esta obra me gustaría situarme justo en el momento de la historia en el que primaba la vegetación y animales. Antes de que nuestra raza, creyéndose superior al resto tratara de apoderarse de otros seres vivos para terminar extinguiendo numerosas especies y poniendo en peligro a muchas otras. Además de estas acciones, hoy en día ve producen una serie de hechos inmorales y faltos de ética y amor hacia los seres vivos. Como es el caso de la explotación animal, su comercialización… En definitiva, se anulan totalmente como si de seres inertes se tratara sin tener en cuenta las necesidades que estos puedan tener o lo que puedan sentir. En la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta porque esta serie de actuaciones se disfraza como es el caso de los zoos donde aparentemente todos los animales son felices. Nada más lejos de la realidad. Por esta razón he querido mostrar una imagen alegre en apariencia. Pero en ella, un elefante pensativo. Sabemos que los elefantes gozan de buena memoria y es un buen ejemplo para transmitir el mensaje de mi obra. Además, los elefantes han sido considerados animales muy valiosos, principalmente por el marfil de sus colmillos. Por ello, me ha parecido una buena elección para mostrar la explotación animal a la que muchos animales se encuentran sometidos y que por desgracia forma parte de nuestra memoria.
Al mirar al animal, podemos preguntarnos qué piensa, qué hace ahí, cuál es su destino, si es feliz… Pues parece que no le falta nada. Come, tiene agua limpia para beber… Pero las apariencias nos pueden engañar al igual que la pintura y puede que pasemos por alto lo más evidente. ¿Vemos un elefante o lo que pensamos que es un elefante? Este animal, como muchos otros, puede haber sido cautivado, drogado, maltratado hasta el punto de perder su esencia, las cualidades que lo caracterizan y que lo distinguen a sí mismo del resto de seres vivos. Algo, que quizá el elefante pensativo que vemos trata de recordar, pero no puede porque hasta su memoria se ha visto afectada. Todo ello, por el egoísmo humano y olvidar valores como amor, empatía y respeto.
Graduado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia.
Artista, ilustrador y diseñador gráfico.
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