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Gracias al papel de lija es posible imitar la trama tan interesante y única que procura la herramienta denominada Berceau. En este ejemplo muestro el primer intento que realicé con la intención de ver si se podría conseguir algo parecido recurriendo a la trama que procura el papel de lija. Para ello lo que hice fue pulir la plancha de cobre, barnizarla y una vez seco el barniz, colocar encima un pliego de papel de lija al agua del número 600 (en contacto con el barniz). Con un lápiz duro repase el respaldo de la lija con cierta meticulosidad al objeto de texturar la superficie de barniz con las partículas de cristal y carborundum de que se compone el abrasivo. Repetí este proceso dos veces y sometí la plancha otras tanta al baño de Percloruro Férrico al 1 x 1 de agua. Posteriormente seguí este mismo proceso pero sustituyendo la lija por otra de textura más delicada, que en este caso fue la numerada 800.
Los granos de la primera lija son más gruesos de modo que los orificios abiertos en el metal también lo son. Al someter la plancha al baño acidulado procuro que las dos primeras corrosiones sean más intensas y por lo tanto más profundas. Esto se consigue dejando que el ácido actúe más tiempo. Posteriormente, al utilizar una lija más fina lo que conseguimos es que la totalidad del metal quede texturado. Suele ocurrir después de someter al cobre a unos seis o siete baños sucesivos.
Toda la superficie quedará texturada de manera que al observarla tendremos la impresión de estar contemplando la cara abrasiva del mismo esmeril utilizado para granearla. En ese instante, si raspamos el metal con un objeto romo, lo que estamos haciendo es rebajar los poros más delicados, los obtenidos por la lija fina, pero siempre quedará la huella de los orificios más profundos, los de la lija gruesa. Al observar la estampación obtenida en el ejemplo que muestro, se puede observar que la textura se aproxima considerablemente a la que se obtiene con el uso del berceau, herramienta de la que hablo a continuación para que valoren la técnica y también el resultado. Si observan la estampa con interés, verán que aparece un trazo más claro señalando el contorno del pelo. Para realizar el dibujo previo suelo utilizar un papel de calco. El carbón se fija bien, pero es natural que los trazos acaben desapareciendo en algunos lugares mientras manipulamos el metal. Por ello suelo repasar las líneas con cuidado, sin excesiva presión, muy sutilmente. Los trazos aparecen como unas líneas brillantes que perduran hasta que termino el grabado. Sin embargo, ya ven que al hacer una prueba de estado, esas líneas quedan reflejadas correctamente, lo que indica la facilidad con que se pueden granear estas planchas y al tiempo la intensidad tonal que nos procura.
Creo sinceramente que por este método es factible aproximarse considerablemente a la riqueza de la trama del mezzotinto, que es como se conoce al resultado que facilita el berceau.
Francisco Domínguez Penís (Autodidacta).
Nacido en Caceres, Las Minas de Aldea Moret, un 16 de abril de 1951. Mi especialidad es el dibujo , con preferencia por el grabado tradicional (Aguafuerte y Aguatinta. Introducido en este mundillo por un gran artista de la Manera negra y el aguafuerte, mi amigo Ramiro Undabeitia. Actualmente volcado en el Oleo y el Pastel.
Seleccionado en: Concurso de Dibujo Antonio del Rincon Guadalajara (España)-Second Annual International...
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