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El paso del tiempo es implacable y corruptor, en diez o mil años puede formar y deformar a su antojo desmoronando los planes positivistas. Entonces, ¿por qué no aplicar la misma intención de permanecer pero extendida a su real conclusión y no al “ideal positivo” que se proyecta conseguir, buscando la belleza en la deformación que llegará inevitablemente? Es innegable que el espectro de posibilidades se amplía impajaritablemente. Entonces por qué no explorar el lado artificioso del estiramiento temporal aplicando métodos igualmente artificiales, falseando realidades y profanando lo que se creía definitorio con materiales antiquísimos y técnicas que se han conservado a través del tiempo.
Serie Preservados
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