No comulga con el arte supuestamente elegante ni con sus valores “eternos”, con el concepto generalizado del “buen gusto” y la cultura en conjunto. En esencia quisiera ser un antiartista, utilizando lo que le brinda la industria moderna para sus búsquedas y persiguiendo la fuerza rústica de los materiales. Buscar la fuerza expresiva; le interesa más el espacio interior, el suyo y el del quien observa una obra y como la interpreta. Azar y orden, anarquía y control, que escapan a una...