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INTERESANTE EJEMPLO DE PINTURA HECHA SEGÚN LA TÉCNICA "VIRILE PAINTING".
Con cierta inclinación surrealista, estos cuadros revelan un gran mundo interior. Un mundo interior formado por aquellas pequeñas cosas (como diría Serrat) que nos definen y componen aquello que denominamos identidad. Lo primero que vemos en ambos cuadros es la referencia de una paleta de pintor tirada en un suelo embaldosado. Esto alude a su vocación de pintor y a su tendencia de tener los pies en el suelo, aunque luego quiera echar a volar. No vemos acaso aquí la sombra de Marx, del materialismo. En el autorretrato de la izquierda destaca la nariz de payaso, en sus libros de su etapa de escritor (se considera un exescritor, el artista que queremos analizar) ya predominaba el sentido del humor, aquí el pintor alude a su condición de bufón y a la vez, de crítico con la sociedad. Hay también unos labios carnosos, circundada por una barba dorada con una perilla triangular que contrasta con esta última al ser castaña. La barba dorada alude a la sabiduría de los profetas y la perilla triangular, con un pequeño esfuerzo de imaginación, podría simbolizar a Dios. Los labios carnosos me sugieren la idea del Verbo, de la palabra, incluso a su condición de exescritor, ya que son unos labios sellados (¿para siempre? El tiempo lo dirá). Los ojos son romboidales, bien podrían ser dos cometas. Los ojos siempre han simbolizado el alma y podría ser un intento de echar a volar su corazón de niño, un corazón inocente de poeta machadiano.
En el cuadro de la izquierda, con unas variaciones más complejas, nos da la impresión de un mundo caótico, degradado, caótico por la variedad de motivos. ¿Relacionado con la locura subyacente que todos albergamos oculta? Las tachaduras es esa voluntad de negar para afirmar, su voluntad crítica ante los convencionalismos. Pues siempre que hablemos de Magnolo Oliver, hablamos de un bohemio de la pintura.
Fdo: Alberto Soriano, poeta y crítico de arte.
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