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TECNICA: OLEO SOBRE LIENZO. Esta capilla está situada cerca de Quito, al borde de la quebrada de Jerusalén, en un paisaje extraño y lleno de recuerdos terribles: a cada paso del viajero en esta famosa quebrada, el guía cuenta alguna leyenda sombría basada en las supersticiones indias o en los anales del crimen. De todas éstas historias, las más dignas de fe son las que se refieren a los numerosos robos cometidos por los indios, entre peñascos y matorrales. Hubo, se dice, un hombre rico y de carácter original que, compadeciéndose de los indios que habían llegado al camino del mal por la miseria, hizo construir la capilla del Robo y fundó misas para la salvación de sus almas. Pero ésta explicación del singular nombre que lleva el pequeño y elegante oratorio no es ni la más curiosa ni la más popular.
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