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- ¡ Toc, toc ! - Me pareció como si me hubieran dado unos toquecitos en la espalda y me volví. No ví nada. Me iba a girar, cuando una especie de : ¡"ejem, ejem, ejeJÉÉÉM!" me llevó a mirar abajo. Ahí estaba, ÉL.
Comprendo la impaciencia feliciana de quien ha tenido que esperar tanto para ser presentado. Mas ¿quién fue aquel que dijo que los últimos serían los primeros? No sé, algún sentido tendrá la sentencia, en algún lugar, en alguna parte, en algún momento.
Pero yo creo que "el Fede" es presentado cuando corresponde. Mi corazón me lo dice así.
Y aquí lo tenéis, ¿eh?,con esa pose tan chula, de "¡Aquí estoy yo!"
Sólo explicar algo sobre la historia de tu nombre, "Fede". Creo que le venía a tu careto, a tu todo, como un guante. Quienes estén escuchando, por favor, repitan conmigo varias veces mientras miran la foto : "elfede-elfede-elfede" Además de sentir como un masaje en la lengua por la suave fricción de ésta contra los dientes, ¿ no les lleva al poco a imaginarse ... eso, un "ELFO" ? ¿Y no tiene el bicho pinta de "elfo"? ¡ Estupendo entonces !
Y por otro lado, amén de que el nombre surgió del corazón y no de la razón, al final se comprende cómo LA RAZÓN SE ACOMODA AL CORAZÓN. El corazón manda amigos y amigas ... o debiera mandar. La mente es para los detalles. O PARA ESTROPEAR LAS "CORAZONADAS".
Porque tú, Fede, eras así, pelirrojillo, (si bien según la luz, cierto que a veces eres más "canelón"). Bueno, pues por eso te puse "Federico". Una "corazonada" hizo que recordara en el instante adecuado aquel rey germano, "Federico Barbarroja", y me dije : "Tú te llamarás Federico. Y como eres un gato niño, y gato de barrio, te quedarás con ,"el Fede".
Amigos y amigas, con vosotros : "el Fede"; ahí, ¡con dos cojones! (hacen falta para llevar una cruz y hacer ver a los demás como que ni te enteras). Como el Fede.
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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