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... invisibles son los lazos que manejas ... (Víctor Manuel)
La casita del sacristán, bajo uno de los arbotantes de la catedral. La noche es larga y desolada; y sin embargo, iluminada bajo la luna llena, no carece de una particular -lunática- belleza. Aunque, mejor no dejarse seducir y permanecer bajo techo; dejemos que las criaturas noctunas lidien con los caprichos de Selene.
... ... ...
Y sin embargo, quizás aún sea peor batallar con los recuerdos.
Quizás sea peor seguir oyendo, en algún lugar de tu mente, los aplausos. De cuando hasta la propia Corte tenías rendida; antes de que tú mismo te dieras cuenta siquiera. Antes de que fueras advertido del peligro.
... De cuando la princesa Clementina, (la \"Rosa Blanca\" que le llamaban) cometió aquella locura por tí. Por tí Rufus, al fin y al cabo el hijo de un campesino de Estiria.
... ... ...
¿Has vuelto esta noche también borracho a casa? Probablemente.
Mas, ¿cómo ahogar -nos dirás- el martilleo de las risas, de la algarabía de las damas -nada inocentes-, del trajín en los palcos?
Todas aquellas damas y damitas, sí, -\"frau esto\" \"frau lo otro\", \"fraulein lo de más allá ...\" , que jugaban a los enamoramientos; estirando hasta la tortura el deseo de sus gallos presumidos, caballeros de fortuna ... por dilapidar.
¡Valientes petimetres!, te confesaban algunas; ¿acaso no apetece más regalarse antes al paciente cochero -joven-, que aguarda fuera, como una estatua en el pescante ?.
Él, indiferente a la nieve, sólido, seguro. Cuando ya la cabeza es un torbellino, y él es la seguridad.
Y tú Rufus, ¿qué ibas a decirles?, si al fin y cabo eras un recién llegado. Si sólo sabías de amores por los \"lieders\" que cantabas. Tan bien, eso sí, que ellas lo creian fruto de tu experiencia. ¿Qué ibas a contestar, Rufus, si aún no habías notado el ojo de la princesa, puesto en tí ?
... ... ...
Habrá terminado la fiesta y ellas abandonarán el teatro en sus carruajes -es lo que venía al final- Ellas /y ellos cambiarán un palacio por otro; en tanto que tú, Rufus, te irás a tu cuartucho del arrabal.
Como corresponde.
...
\"Fraulein lo de más alla\", es afortunada. Se sabe segura. Porque ese titán silencioso - piensa - sería capaz de abrir el camino para ella entre las llamas de un infierno. Si fuera preciso. Y sin esperar -ni buscar- nada a cambio; sólo por su sentido de la lealtad. Como corresponde.
...
Deposita ya \"fraulein lo de más alla\" su dulce cansancio en la cama con dosel. En tanto que \"él\" -el resto del servicio no importa - cierra la casa. Él, que deja fuera el frío, al ladrón, a la noche, al miedo a la muerte. Él, que también la guarda mientras duerme. Él, con el que ella sueña ... sin atreverse a más. Porque nada más es posible. Él ..., ¡si es el cochero! ¡No todas tenemos los arrestos de la princesa!
¡Pobre barítono! - tiene ella un pensamiento para Rufus, cuando está ya a punto de dormirse- ; y el caso es que tiene talento. Tie-ne ... talento; ¡u-u, u-uaaah!
Bueno, si la princesita se aburre pronto ... de su capricho ... ¡ tal vez el barítono se salve !
...;Pero, ¿y si fuera amor? ¿amor en serio? ¿Y si fuera ...?
Y aquí \"fraulein\" se queda dormida. Del todo.
... ... ... Hace tiempo que Rufus, ya no canta.
Excepto en la taberna.
A veces lo echan.
A pesar de cosas como esa, él seguiría aquí.
Este es un buen lugar, nadie le conoce.
Claro que desde que llegó ese maldito periodista; ese americano ...
¡Yo le he visto a Ud en alguna parte!, dijo cuando apareció ante él. Y Rufus(Mr Mill para los del pueblo) sintió que el corazón le daba un vuelco.
... ... ...
- No tuvo ninguna gracia la manera de presentarse.
- Bueno, a lo mejor carezco del ingenio suficiente, no debo estar a su altura, Mr. Mill.
- Si hay una cara que no quisiera haber vuelto a ver en lo que me queda de vida, era la suya, Samuel.
- Bueno, Ud tampoco es que me caiga simpático Mr Mill; ... ¿Saben en el pueblo que ese no es su nombre? Su acento suena raro para ser americano;¿verdad? ¿No se lo han hecho notar?
La mirada de Rufus hizo innecesaria la respuesta.
¿Qué iba a hacer ese hombre ? ¿iba a contar a todo el mundo quién era él, Rufus Aloysius Mühl, herr Mühl, y no Mr. Miller ?
- Bueno, las cosas están feas para los alemanes desde lo de la guerra con Prusia. Y, sí, ya sé, ya sé que ustedes los austriacos también han sido unas víctimas. Pero a los franceses les da igual; para ellos todos Uds. son lo mismo, continuó el americano desentendiéndose de la mirada de Mühl.
A Rufus le gustaba pasear por aquellos parajes solitarios. Era una comarca de extrema belleza, poco habitada, como la Auvernia en general. Cuando Rufus vino a parar al pueblo, supo que el destino esta vez estaba a su favor. Quizás se había apiadado de él. Por una vez.
Y sin embargo, ahí estaba ahora, caminando en compañía de aquel hombre detestable.
- Mr Creeps, Samuel H. Creeps, -ya ve que no he olvidado su nombre- ¿qué quiere de mí? ¿por qué no se busca otra víctima ?
- ¿Víctima? ¿qué piensa, que he venido para chantajearle, o algo así?
- Pues dígame a qué si no, Ud. es un periodista. Ud es eso y otras cosas ...
- Rufus - no le dejó acabar el americano- , quisiera escribir un libro, un libro sobre Ud.
- No le habría hecho falta dar conmigo para conocer la respuesta. Por lo tanto, lo que viene a continuación es su chantaje, Creeps.
- Estoy hablando de negocios, Mühl, de negocios. Nos beneficiaríamos los dos. Pero hemos de trabajar juntos, ¿eh?
Aquel bribón le sonreía -pensó Mühl-; con aquella mueca tan bien compuesta que en este caso estaba de sobra.¡Como si nunca antes lo hubiera visto sonreir igual!
Estaban parados en lo alto de una vereda. El sol de la tarde declinaba, y abajo al lago se lo estaban tragando las sombras. Rufus supo -quizá desde el primer momento- que no tenía elección.
... ... ... CONTINUARA (¿¿??) ( bueno, para empezar este pesado periodista muere ...)
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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