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?Lo discerniblemente rojo?
¡Qué rojos, están tus labios, muñeca!,
sentada encima de la cabeza de un alfiler
discernible por el ojo humano.
Esperas el águila que acecha,
y en realidad no es el águila
quien reprime, sino él.
Alzando el vuelo:
No dejará que las púas la azoten.
En su desnudez...
...sobrevolará lo caído.
Versos de Tina Font
TINA-FONT.com
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