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Seminario Mercedario. Reus.
Esta obra versa de los últimos días en que se erguían en pie las instalaciones del seminario. Instalaciones que el paso del tiempo y de la gente, herían sin piedad. Heridos también, los recuerdos de cualquiera que en otro tiempo lo hubiera conocido. No queda un muro en pie. Agonizando. En sus paredes, los zarpazos del tiempo y la falta de cuidados.
Aquella referencia, sí, de aquellas que se guardan en el interior, aquel refugio olvidado en el día a día, pero presente como firme lugar de acogida, ha muerto.
Agonizando su capilla, diáfana y sin nuestra madre. Devorada fuente, no agua. El campo, la piscina. Las lágrimas de los mosaicos caídos. La quema de la biblioteca abandonada, junto con el ala de los laboratorios en su planta superior. El comedor silencioso. Las pintadas de unos gamberros. Abiertas como si quisieran hablar, las puertas y los cajones de la cocina. Vacío. El rumor de muchas vidas pasar. Ha muerto.
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