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Collage de la ciudad de Dublín, irlanda.
HISTORIA O REFLEXIÓN: Dublín es el sitio más espectacular y el sitio al que he cogido más cariño de todos los que he estado. Estuve dos mesecitos enteros, un verano entero vamos. Fui para sacarme el certificado del Advanced que todavía no lo tenía. Me quedaba a dormir en una casa de estudiantes que se dividía en bloques y tenía un patio en común. Ahí convivíamos sobre todo brasileños, italianos y españoles donde me di cuenta que tenemos muchas cosas en común esas tres nacionalidades (somos muy alegres y muy fiesteros). Muchas veces organizábamos barbacoas con buena música y se estaba muy bien. Los irlandeses (profesores, monitores, gente que conocíamos en la calle) me parecieron muy buena gente, con mucho sentido del humor y muy acogedores. Ese verano hicimos paintball que fue divertídisimo, hicimos fiestas, excursiones… Me hice un gran amigo que perdura a día de hoy que es Gonzalo, es argentino y neurocirujano. Me encantó de Dublín muchas zonas y una de ellas era la del Temple Bar. Nos tomábamos unas pintas buenísimas (están muchísimo mejor ahí que aquí) mientras escuchábamos conciertillos en directo en los pubs. Había músicos callejeros por todos lados. Una vez fui con un amigo que me hice de Barcelona a la playa cerca de Dublín cogiendo el tren y tocamos el mar (no nos bañamos porque tampoco hacía tiempo para eso). Hablando del clima, tampoco estuvo muy mal, había muchos días que salía soleado aunque otros lloviese. Ah y por supuesto visité dos veces el Museo Guinness que me flipó. Sé que volveré a Dublín porque me robó el corazón. Es una ciudad única y muy especial para mí.
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