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Los miembros de cada comunidad, se organizan para adornar y luego venerar sus respectivas cruces; acondicionándolas para su procesión a las iglesias vecinas; en una celebración que los campesinos ofrecen a sus divinidades, en agra-decimiento por la buenas cosechas que han recibido.
Los espectáculos folclóricos, dan la tónica principal a esta festividad en la que participan decenas de danzantes. Antíguamente, los "danzaq" o "danzantes de tijeras", realizaban sus temerarios actos, incluso en los altos de los campanarios de las iglesias de sus pueblos. Hoy, estos bailarines, siguen compitiendo como siglos atrás, ejecutando increíbles acrobacias y pruebas de valor.
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