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Un elfito añejo
Otra vez el sol sale,
madre.
¿ Otra vez ?
Otra vez, sí,
¿pues no lo ves?
No, bien no,
pues aquí en la penumbra ...
(sí, estas cortinas,
hay que llevarlas al tinte)
Madre,
que vuelve el sol
y el verano, tan ausente,
te dará color de nuevo
en las manos, en la cara,
en la frente.
Otra vez el sol,
(tras el cristal)
arranca ya,
de tus ojos.
el mejor ámbar,
de la miel,
de las uvas doradas,
de la hierba
que riela el sol , luminosa,
cuando la tarde acaba.
¡ Verano ya !
¡ cómo corre el tiempo !
Sí, y volveremos al parque
donde los niños
juegan, y se paran
cuando pasas,
con tu tran-tran
circunflejo.
Ah, será por el pelo,
así, tan blanco,
... les dará miedo.
No, ¡ que va !
a decir verdad
creo yo que
lo que sienten
es ¡respeto!
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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