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La flor de loto parte del centro de nuestro yo, se impregna de la esencia creativa del universo y transfiere toda su fuerza hacia una auténtica manifestación.
Muchas veces solemos estar desconectados del mundo que nos sostiene, nos quedamos en las ideas, programamos grandes esquemas que no llegan a materializarse.
En este camino de eterna expansión, somos co-creadores con la energía que nos habita. Es hora de dar a luz a nuestros hijos divinos.
A través de la contemplación de este dibujo, podemos acercarnos a vibrar este proceso. Los invito a quedarse por un rato recibiendo sus influjos…
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