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Los dibujos animados son, a pesar de muchos, formadores de las nuevas generaciones, la intromición cultural de las sociedades productoras de estos programas, que son pensados para satisfaces sus necesidades particulares y no las de otros pueblos, deja huella profunda en el imaginario colectivo de un mundo cada vez más globalizado. Sin embargo esas influencias, a pesar de estar presentes, son menospreciadas y "olvidadas" al tomar más fuerza las preocupaciones del día a día, nuestros recuerdos de modelos de comportamiento de la infancia se vuelven cada vez más difusos, se deterioran, se pierden... Una doble metáfora: la fragilidad de la memoria y la colonización cultural... esto es sólo una señalización. Óleo sobre lámina de hierro, 90 x 90 cm. aprox.
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