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Acrílico sobre metal
Claro-oscuros, vacío-lleno, en un segundo plano; las figuras se interrelacionan, dialogando entre ellas mientras, frente al espectador, se alza desafiante y protector de su intimidad otro instrumento. Su abertura-cabeza nos muestra el vacío más absoluto pero éste es un vacío útil, ya que en su no ser reside su utilidad, que de nada serviría si no estuviera presente.
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