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Como consecuencia de una simple acción se puede generar otra que a su vez produzca una tercera secuela hasta desencadenar una secuencia de causas y efectos cuyo final nadie puede predecir.
El universo vive en nosotros y halla alas en nuestro pensamiento para conocerse a sí mismo. Somos más nuestras huellas que nosotros mismos, somos polvo con alas que en breve tiempo no obedece al viento, somos seres efímeros y al mismo tiempo casi eternos.
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