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Fotografia B y N
El camino de la danza es largo, pero la felicidad que se siente cuando se abre el telón y comienza la música y el cuerpo se pone en movimiento es indescriptible.
Se siente pájaro libre volando entre las nubes, la tierra está muy lejos, tan lejos como el alma que se eleva y solo flota al compas de la melodía,
La magia dura un poco más que las luces del escenario cuando se apagan.
Es un sentimiento perdurable.
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