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El núcleo creativo en el que se basa el proyecto es la exploración del intrínseco vínculo sagrado que une el hombre y el cosmos, y la constante investigación del origen. Son cuestiones profundas y trascendentes que quiero tratar de manera sencilla y sugerente. Se trata de ver el mundo físico de una manera diferente, donde incluso el caos puede llegar a tener armonía.
Partir de referentes pictóricos del romanticismo me ha servido para profundizar en una determinada comprensión de la Naturaleza. Un escenario en el cual se confrontan Naturaleza y Hombre. Se perciben las ansias de reconciliación con ella y el encuentro de las señas de la propia identidad en una infinitud que se muestra delante como un abismo deseado e inalcanzable. Un abismo que provoca terror, pero al mismo tiempo una gran atracción.
Los románticos son conscientes de su separación con la Naturaleza, y desean el regreso al Spiritus Mundi porque en él reconocen la unión, la belleza y la libertad. Un estado de plenitud que piensan que quizás algún día, no va fue ajeno a la condición humana. Este camino de regreso al origen, se ve obstaculizado por la impotencia. Por eso, en los paisajes románticos se percibe una doble cara, una de consuelo y la otra de opresión, un sentimiento trágico y heroico. Buscan en el paisaje ideal aquella naturaleza ideal, o más bien la nostalgia de este paisaje.
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