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De frente al Templo, tan solo el temor lo sostuvo al anciano un momento, llego a pensar que si emprendía ese viaje que lo llevaría al Templo, luego tal vez no podría regresar a poder disfrutar del hecho de contemplar el Templo a pesar de estar dentro de el... con temor y placer disfruto del Templo. Al cabo de un rato un hombre se sentó junto al anciano y contemplaron juntos el mismo Templo y ninguno cruzo. Ambos también temieron de no poder contemplar el Templo el día de mañana.
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