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Es un cuadro esencialista eminentemente de facturación detallada en cuyo proceso empiezo a utilizar la textura y el manejo del pincel de caucho con la espátula como elementos fundamentales de su ejecución primaria, el que posteriormente con el uso del óleo y la técnica esencialista da lugar al descubrimiento de imagenes, formas y elementos plásticos (remanentes plásticos) que son aprovechados para sacarles partido como cosecha de las formas y texturas que han quedado de la aventura en la elaboración inicial del cuadro, quisé aprovechar además de esos descubrimientos, la forma y el espacio que me parecieron ideales para ubicar figurativamente dos botellas de champaña o de vino, aparecen entonces en esos descubrimientos de los remanentes plásticos, figuras las que mentalmente relacione con el dios mitológico del vino, que a la postre me resulto en la parte inferior del cuadro recostada y fraccionada, protegida por una coraza, de ahí surgió el nombre del título del cuadro, el resto de los detalles y el color puesto a los mismos es una forma manerista de mi proceder artístico.
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