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La playa de Roche, en Cádiz, con su atardecer y personas mirándolo.
HISTORIA O REFLEXIÓN: Decidí pintar la playa de Roche (que se sitúa en Cádiz) pero cambiando los colores, es decir, con la arena oscura, a modo de experimento. No se yo si acerté. Pero bueno, la obra ahí está. La de cosas que he vivido yo en esa playa de Roche. Días familiares, tomando el sol, paseando por la orilla del mar con mi hermana, dándome baños con Gorka y el resto de mi familia. Tomándonos un aperitivo en la arena con mi madre y compañía. La playa de Roche me da sólo buen rollito y me recuerda a momentos vividos únicos y geniales. Me encanta ponerme morenita (me echo crema protectora antes, hay que hacerlo). Me veo mejor que nunca en todo el año y me relaja la mente. Recargo pilas para un año nuevo que comienza. El mar de Roche está frío como a mí me gusta y hay olas algunos días tan grandes que a veces hasta me dan miedo y me tengo que salir rápidamente del agua. Cuando las olas no son ni muy grandes ni muy pequeñas hacemos Gorka y yo bodyboard, es divertidísimo. Los peores días son los de levante, yo no los aguanto, pero no todo bueno tenía que ser. A cambio ves un agua turquesa precioso.
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