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Esta vez sí. Esta vez subamos a la verdadera protagonista del más famoso ahogamiento inventado de la historia : Ofelia. Como todo el mundo sabe de quién se trata, yo sólo he puesto un poco de mi parte. No es que Ofelia se volviera loca tirando lirios al agua tentadora mientras susurraba para sí : \"me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere ...\" Ya sabéis, lo que se llama \"deshojar la margarita\". Ofelia se volvió loca según el drama cuenta, de dolor por la ausencia de su principe Hamlet que había tenido que huir a Inglaterra. Podríamos decir : \"pues estará jugando al : volverá, no volverá ...\" Tanto un argumento como el otro nos vale. Lo importante es quedarnos con la idea de que la incertidumbre, que acompaña a todo acontecer humano, es una sombra que a menudo arruina nuestras vidas. Caminar siempre a la luz de la luz es imposible. También se requiere de las sombras, donde se esconden los procesos germinativos de los aconteceres (las plantas duermen en la negrura que rodea la semilla enterrada; pero, de ir bien las cosas, acaban saliendo a la luz para dar su fruto y alimentar nuestras vidas).
Sepamos ser pacientes pues, pero no nos volvamos tontos en la desesperación. No nos volvamos tontos depositando nuestra \"felicidad\" en las determinaciones de otros. No siempre habrá un poeta o un pintor que haga de nuestro drama algo para la posteridad. Y aún así, tampoco compensaría.
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
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