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Óleo sobre tabla con grosor de 5 cm.
El título pretende reflejar una parodia simbólica de la película de Walt Disney, en la que un muñeco de madera lucha por convertirse en un niño de carne y hueso.
El estado de la mujer que se representa en la presente obra es de pasividad, que cobra sentido por la inclusión de una manipulación física y psíquica -ineludiblemente masculina- que irrumpe en la escena, pero, quizá esta historia pueda tener una vuelta de tuerca...
Al contrario de como ocurre en Pinocho, ¿no podríamos estar visualizando también a una muñeca víctima de una hipnosis que le hace creerse en el papel de mujer?.
La creación artística siempre ha constituido para mí una herramienta de búsqueda, un medio exploración personal, una manera de cuestionar los modelos vigentes y de crear otros nuevos basados en mis propias experiencias. El continuo acercamiento a las Bellas Artes, me llevó a su vez a valorar la Educación Artística como una valiosa necesidad en la experiencia educativa de todo sujeto desde las edades más tempranas. Al día de hoy, me mantengo comprometida con ambas vertientes, con la creencia "utópica", para muchos, de que con la educación de nuestra sensibilidad estética y de nuestra percepción, haremos juntos de este mundo un hogar.
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