© Todos los derechos reservados
Acrílico sobre cartulina, enmarcado sobre paspartú negro y protegido con cristal.
Se trata de una ejecución espontánea y atrevida, en el sentido del "no interrumpir" la fluidez creativa por medio de ningún tipo de juicio ante los motivos que durante el proceso de creación van asaltando a la mente. La manera en que cada uno de estos motivos formales acaban de manera definitiva tomando un lugar físico sobre el soporte, tiene mucho que ver, tanto con preferencias personales de expresividad -como la búsqueda de lo perturbador e inquietante-, como con la fácil adaptación entre elementos, que encuentran su lugar en un juego de similitudes formales.
Aún bajo esta línea de libertad creativa es posible rescatar un sentido común subyacente:
La representación de la energía femenina, concebida ésta como una entidad que va más allá de lo fisionómico y de lo social, del sexo y del género, pero que a pesar de ello, encuentra su materialización a través de partes del cuerpo femenino y de otros elementos naturales, de manera simbólica. Esta energía etérea a veces aparentemente descontrolada, caprichosa y agresiva, también resulta pacífica, pues acoge, crea y construye desde el amor.
La creación artística siempre ha constituido para mí una herramienta de búsqueda, un medio exploración personal, una manera de cuestionar los modelos vigentes y de crear otros nuevos basados en mis propias experiencias. El continuo acercamiento a las Bellas Artes, me llevó a su vez a valorar la Educación Artística como una valiosa necesidad en la experiencia educativa de todo sujeto desde las edades más tempranas. Al día de hoy, me mantengo comprometida con ambas vertientes, con la creencia "utópica", para muchos, de que con la educación de nuestra sensibilidad estética y de nuestra percepción, haremos juntos de este mundo un hogar.
Ver más información de Verónica Pascual