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Corresponde al año 1948, en la ciudad de Salta - Argentina.
En la casa que se puede observar en la fotografía, ocurrió un hecho histórico en el año 1813, conocido como "una taza de caldo", y tengo la dicha de poder compartir y contar, que yo fui el último descendiente que nació en dicha casa.
La historia es: Batalla de Salta (Una taza de caldo, entre el General Manuel Belgrano y el General Español Pio Tristán).
El día 22 de febrero de 1813, se celebró en la ciudad de Salta, el solemne Tedéum por la victoria alcanzada por las tropas patriotas el día 20 del mismo mes, asistiendo a la ceremonia el General Belgrano, el General Díaz Vélez, el Coronel Paz, muchos otros jefes, parte del ejército y casi todo el vecindario ( hay que recordar que en dicha época se encontraban muchas familias Españolas viviendo en Salta y no compartían la idea de dejar de pertenecer a la Corona Española), que acudían a dar gracias a Dios por tan glorioso triunfo.
El General Belgrano, una vez concluida la función religiosa, regresaba a la casa, en donde había fijado su puesto de comando, acompañado de su Estado Mayor y el General Español Pio Tristán, seguido de numerosas personas del pueblo, que lo saludaban y aclamaban con marcada insistencia.
Al pasar por la casa de la señora Liberata Costas de Gasteaburu (1), donde se hospedaba el General Pio Tristán, le oyeron decir a Belgrano “sigan al puesto comando que el General Pio Tristán me ha invitado a tomar una taza de caldo”.
Díaz Vélez, Paz y todos los demás quedaron perplejos ante la actitud inesperada de Belgrano, y eran de opinión que todos debían entrar y no dejar a Belgrano solo en manos del enemigo, por temor a que podía ser envenenado.
Si bien todos opinaron igual, Paz se opuso diciendo “nos ha ordenado seguir al puesto comando y debemos cumplir con la orden impartida por el General.
Según se cuenta de acuerdo a versiones de los descendientes (Doña María Luisa López de Torino), de la señora Liberata Costas de Gasteaburu, Belgrano tomó gentilmente la taza de caldo como si estuviera en su propia casa, y de acuerdo a los escritos del autor salteño Próspero Zorreguieta podemos transcribir:
Preguntando el que esto escribe a la señora Costas, realista acérrima, que hospedaba en su casa a todos los generales del rey, si había agradecido Tristán un acto tan noble y generoso de su ilustre vencedor, me dijo:
“Que Tristán agradeció profundamente a Belgrano un acto de tanta confianza y amistad, y que no sólo aquél, prendado del general patriota por su buen corazón y notoria bondad con los vencidos”. (2)
(1) La señora Liberata Costas estaba casada con el Coronel realista (Español), Agustín de Gasteaburu. La casa, quedaba en la calle Caseros 525 frente a la actual Plaza 9 de julio, centro de la ciudad de Salta.
(2) Belgrano, después de la batalla, abrazó a Tristán y lo dispensó de entregar sus símbolos de mando, los unía una estrecha amistad personal; habían sido condiscípulos en Salamanca, y convivido en Madrid
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