La concepción bidimensional de la pintura sitúa los trabajos de este autor en un terreno híbrido, complejo a la hora de inscribirlos en las metodologías creativas tradicionales. La forma se desmiembra, se diluye o se hace contundente, adoptando acabados propios de otros materiales más sólidos, jugando a modo de trampantojo con esa dualidad de una solidez aparente contra lo que no es más que pigmento sobre tela -eso sí- montada sobre una estructura previa elaborada con otros útiles.