La imaginación conecta al infinito, donde todo es posible, sensación que se tiene en cosas sencillas, como el contemplar una hoja de papel en blanco y sentir la libertad para plasmar todo. Por medio de la pintura, manchas, colores, escurrimientos y texturas se estimula la imaginación, invitando a percibir imágenes y personajes impregnados de historias fantásticas.