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A la izquierda se sitúa la luz y la esperaza. Es casi una ciudad utópica que se va construyendo sobre los cimientos constituidos por todos aquellos aspectos que germinan en la humanidad. Las pinceladas lumínicas ascienden más allá de lo que el hombre es capaz de controlar. A la derecha, la brusca textura espatulada y la tonalidad parda nos anuncian el ocaso de todo aquello que anunciaba la esperanzadora ciudad. A pesar de ello, la oscura niebla nunca llegará a apagar la luz que la parte superior desprende.
Elena Ferrer cursó estudios de Bachiller artístico en la Escuela de Arte de Granada. Posteriormente ingresó en la Facultad de Bellas Artes de dicha ciudad en la cual se licenció en 2006.
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