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Brutal modernidad. A la manera directa del cómic Arroyo se recrea en la presentación de la violencia sin tapujos.
Gatos y perros protagonizan una secuencia de asesinatos en serie producto, quizá, de su sempiterno antagonismo. Todo ello narrado con sencillez y maestría. Una hoja una historia. Tintas planas en negro, blanco y rojo. Versión maniquea de un mundo mucho más complejo. Con ironía y buenas dosis de humor negrísimo estos animales desquiciádamente psicópatas se persiguen sin tregua. Versión plana de los Rasca y Pica televisivos. La sangre llama a la sangre. Su sola visión exacerba los ánimos. Gatos y perros rugen de placer ante el asesinato brutal y el horror de sus víctimas. ¿Gatos y perros? ¿Hombres contra hombres? Con este biombo Arroyo mueve al espectador a la reflexión inteligente y la crítica de una sociedad en la que la violencia es el pan nuestro de cada día.
Homicidios, guerras, persecuciones de cualquier tipo y condición, brutalidad gratuita, odio ignorante, miedo a lo desconocido.
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