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Delirios circenses causados por la culpa de ser libres y desnudar nuestra alma , siempre en la cuerda floja. Mientras el perro, devorador de faltas, nos observa deseoso de quejas en el pilar purgatorio, mientras tanto los caídos por nuestros errores observan el vacio sin premura.
Yankel Dickerman, de formación autodidacta, inicia exponiendo profesionalmente en el año 1999, en el Salón Nacional que tiene lugar en el Centro Cultural Sampedrano. A partir de ese momento
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