© Todos los derechos reservados
Hacía muchos años, un indio decidió realizar un largo viaje hacia el norte. Un día mientras descansaba a la sombra de una gran haya, grabó en la corteza el nombre del hijo que habría deseado tener. Su mujer era estéril y no podía satisfacerlo.
Después de haber descansado, reanudó el viaje (?). Nueve meses más tarde, en el camino de vuelta, se detuvo de nuevo bajo la misma haya.
Con gran sorpresa, oyó el llanto de un niño procedente del interior del tronco.
Trepó por éste hasta llegar al punto en que las ramas se abrían en forma de estrella y vio que en la cavidad había un niño.
Dio gracias a la haya varias veces por haber hecho realidad su sueño y reanudó el viaje de vuelta con la pequeña criatura. Le puso el mismo nombre que había grabado en la corteza: Corazón de hojas?.*
* BATTAGLIA, Romano, ?El buscador de sueños? ,RBA, Barcelona, 2006, p.20-21
Ver más información de Tania Sánchez Ortiz