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Lápiz y acrílico s/papel
58 x 88 cms
2008
Siempre me han gustado mucho los trajes de las Tehuanas,con esos velos gigantescos sobre sus cabezas.Quizá es por una foto antigua,donde mi hermana aparecía,de niña,vestida así y que ví en mis primeros años de la infancia.Desde entonces,han adquirido un símbolo de belleza,siento yo es por la profunda admiración que mi hermana me ha inspirado en todo este tiempo.
Aquí está la Tehuana con sus encajes circundando la cabeza,rompiendo con los bordes del papel,grande es su belleza.La mirada de reojo se me hace siempre cautivante,pues adquiere el sentido de profundidad,de introspección,meditación y reflección,un viaje al interno del espírtu,el viaje más largo que uno,como ser humano,debe estar obligado a realizar cuantas veces sea necesario en esta vida.
Las manchas en tonos óxidos rompen con la monocromía del dibujo,sin resultar disparadas,pues esa es mi parte pasional,activa que después de la reflexión y el autoanálisis necesita actuar,buscar,encontrar,amar...
Nací en la ciudad de México.Estudié en varios lados como el CEA y la ENAP,pero siempre he dicho que más que escuela,yo tuve maestros.Y estos son mis tres maestros a quienes debo todo en la pintura:Rosario Durán,Javier Anzures y Edgardo Kerlegand.
Desde mis inicios,hace trece años,la figura humana es la temática principal en mi obra.Añado algunos elementos por el valor plástico que les confiero.Me gusta trabajar con temáticas sórdidas y tristes,pero también la alegría y la felicidad...
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