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De los que lloran,
de los que sueñan,
de los que llaman,
de los que esperan…
esos gritos de cemento,
que no se oyen,
que no se sienten,
que no se buscan,
que no se compran,
que así muertos, pintados de vida,
nos llegan y nos llaman…
Gritos de cemento,
que no se marchan,
que no se borran,
que no se pierden,
que nos esperan…
acaso para enseñarnos,
con la fuerza del mañana,
las miserias del presente,
la pobreza de la mente,
la estulticia de la gente.
Gritos de cemento,
sueños que marcharon,
lágrimas escritas y grabadas
en esas paredes de vidas inventadas.
(jpellicer)
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